La física en la Residencia de Estudiantes de Madrid
Sumario:
Mucho se ha escrito acerca de la mítica Residencia de Estudiantes de Madrid y de sus ilustres residentes, pero poco se conoce de la relación que tuvo la física con esta. Sin embargo conviene ir unos años atrás y comenzar esta historia por el principio. En los últimos años del siglo XIX se produjo una […]
Mucho se ha escrito acerca de la mítica Residencia de Estudiantes de Madrid y de sus ilustres residentes, pero poco se conoce de la relación que tuvo la física con esta. Sin embargo conviene ir unos años atrás y comenzar esta historia por el principio.
En los últimos años del siglo XIX se produjo una situación de crisis en el mundo universitario español debido al intrusismo político y religioso que se pretendía imponer en las aulas. Una serie de catedráticos se rebelaron ante esta situación y trataron de imponer nuevas ideas apoyadas en el Krausismo, una corriente filosófica originaria de Alemania, que defiende la libertad de cátedra alejada de las imposiciones del Gobierno y la Iglesia. Pero fueron más allá, como liberales y librepensadores, y defendían una reforma total de la educación. Trabajaron para que la educación se extendiera a toda la población y para que la Universidad se convirtiera en un motor transformador de la sociedad española.
El hombre más destacado de este movimiento fue don Francisco Giner de los Ríos, nacido en Ronda en 1839, catedrático de Filosofía del Derecho y de Derecho Internacional de la Universidad Central de Madrid. Bajo su liderazgo se promovió un cambio pedagógico en el sistema educativo del país, alejando la memorización y repetición de las aulas y apostando por la motivación y el auto descubrimiento por parte de los alumnos. De esta corriente de cambio surgió en 1876 la Institución de Libre Enseñanza (ILE en adelante), como elemento clave en el cambio en la manera de enseñar y educar en la España de final del siglo XIX y principio del XX. Don Francisco Giner de los Ríos fue nombrado Rector de la ILE y desde su nueva posición pasó a convertirse en uno de los personajes más influyentes en varias generaciones de escritores, pensadores, artistas y científicos de la época. Entre sus ilustres discípulos destacan nombres como los hermanos Machado, Leopoldo “Alas” Clarín, Joaquín Costa, Manuel Azaña, Juan Ramón Jiménez, Ortega y Gasset, Alberto Jiménez Fraud, Blas Cabrera y muchos más.
Y es en don Blas Cabrera Felipe, físico y humanista nacido en Arrecife en 1878, donde quiero centrar mi atención. La ILE promovió una serie de cambios en el seno de las universidades españolas, entre ellos la promoción de becas y pensionados para estudiar en el extranjero y a su vez abrir las ventanas del país para permitir la entrada del conocimiento internacional, que se encontraba en plena ebullición en Europa y EEUU durante los primeros años del siglo XX. Blas Cabrera, uno de los “hijos” destacados de esta revolución educativa, se convirtió en el físico más relevante del país y su fama traspasaba fronteras, llegando a ser considerado un notable físico en la comunidad científica internacional de la época. Todavía sigue vigente su aportación científica más importante, «la curva de Cabrera», que se define como la ley que describe las variaciones que experimentan en el sistema periódico de elementos los momentos magnéticos de los átomos de la familia del hierro.
Una muestra de su relevancia en la física internacional es la magnífica relación profesional y de amistad que mantenía con Albert Einstein y con Marie Curie, dos de los físicos más reconocidos del siglo pasado. Uno de los acontecimientos más importantes en el carrera de Blas Cabrera sucedió en 1928 cuando fue nombrado miembro del Comité Científico de la VI Conferencia Solvay, la reunión trianual que reunía a las mentes más brillantes del momento: Schrödinger, Planck, Dirac, Lorentz, Rutherford, Heisenberg, Born, etc. La candidatura de nuestro compatriota fue propuesta directamente por Albert Einstein y Marie Curie, casi nada.
Pero ahora seguiremos con Blas Cabrera y sus amistades. Desde la ILE se intentó lanzar a la sociedad española hacia la modernidad combatiendo el analfabetismo. Se introdujeron en las escuelas las corrientes pedagógicas más vanguardistas como las de María Montessori, se crean las Misiones Pedagógicas que fomentan que compañías de teatro como «La Barraca» recorran España de pueblo en pueblo o que se abran 5000 bibliotecas en pequeñas localidades de menos de 5000 habitantes, etc.
Pero quizás uno de los pasos más destacados en este cambio educativo fue la creación de la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE en adelante) que se convirtió en la institución fundamental en la promoción de los estudios avanzados. Se crearon distintas instituciones bajo el amparo de la JAE como “La Escuela de 2ª Enseñanza” , el “Instituto Central Meteorológico” o el “Instituto Nacional de Física y Química” dirigido por don Blas Cabrera desde su inauguración en 1907. Sin embargo la institución más conocida fue la Residencia de Estudiantes de Madrid, que se fundó en 1910 y que dirigió Don Alberto Jiménez Fraud, discípulo destacado de Giner de los Ríos. Esta residencia tenía como objetivo convertirse en un centro de creación, pensamiento y diálogo interdisciplinar. Jiménez Fraud desde un primer momento propició el intercambio de ideas y experiencias entre artistas y científicos. Así, la Residencia de Estudiantes se convirtió en uno de los centros de mayor modernidad cultural y artística del momento, y sus ilustres residentes marcaron la literatura, cine, arte y ciencia española del siglo XX.
Recordemos que por esta residencia pasaron Juan Ramón Jiménez, Miguel de Unamuno, José Moreno Villa, Salvador Dalí, Federico García Lorca, Luis Buñuel, Gabriel Celaya o Severo Ochoa, entre muchos otros. También tuvieron una notable influencia un grupo de profesionales de reconocida competencia que ejercieron el papel de profesores. Entre estos maestros que vivían en la Residencia o la visitaban con mucha frecuencia, destacan Miguel de Unamuno, Juan Ramón Jiménez, José Ortega y Gasset, Ramón Menéndez Pidal, Manuel de Falla, Eugeni d’Ors, Federico de Onís o nuestro querido Blas Cabrera.
La contribución de Blas Cabrera a esta revolución educativa no quedó únicamente en la dirección del Instituto Nacional de Física y Química o en sus clases y conferencias en la Residencia de Estudiantes, sino que trajo a España la física más avanzada del momento. Durante años hizo grandes esfuerzos por divulgar a lo largo del país la novedosa Teoría de la Relatividad de Albert Einstein. Un dato que poca gente conoce son las visitas que realizaron Albert Einstein y Marie Curie a España durante esos años, siempre de la mano de nuestro ilustre físico. Albert Einstein visitó nuestro país en 1923 y durante unos días dio conferencias en distintas ciudades, entre ellas Madrid, donde visitó la Residencia de Estudiantes, explicando su revolucionaria Teoría de la Relatividad. Por su parte, Marie Curie hizo tres visitas a España y en una de ellas pasó por la Residencia de Estudiantes para dar una conferencia.
No me gustaría acabar esta historia sin mencionar otra institución de vital importancia en el futuro cultural español que se creó bajo el amparo de la JAE, la Residencia de Señoritas de Madrid. Este centro fue creado en 1919 y la dirigió desde sus comienzos una de las mentes femeninas más brillantes de esos años, María de Maeztu. La Residencia de Señoritas se creó como lugar de formación de mujeres como paso previo a sus estudios superiores, un trampolín para la mujeres hacia los estudios universitarios. Un papel importante en su desarrollo lo desempeñó su estrecha relación con la International Institute for Girls in Spain, una entidad estadounidense creada en Madrid con similares objetivos. Por esta institución pasaron personajes muy relevantes de la época como Victoria Kent, Clara Campoamor, Matilde Huici o Concepción Arenal. La aparición de la Residencia de Señoritas se relaciona estrechamente con el cambio en la situación social de las mujeres en España que supuso mejoras en su acceso a la educación y a la vida profesional, y avances frente a la discriminación que sufrían ante la ley, de los cuales el más simbólico fue la extensión del derecho de voto a las mujeres en 1931.
La revolución educativa llevada a cabo por la ILE consiguió que aparecieran una cantidad de gente brillante en distintas disciplinas como en pocas épocas se han conocido en este país. En esos primeros años del siglo XX conseguimos codearnos con la élite de la literatura, arte y también de la ciencia mundial.
Pero la absurda guerra que asoló España consiguió destruir todo lo conseguido en los años precedentes y nos sumió en un periodo de oscuridad para el desarrollo del conocimiento. Con la llegada del nuevo gobierno se cerraron la mayoría de las instituciones creadas en un intento de borrar toda relación con el pasado. La luz se volvió a encender a finales de siglo con la llegada de la democracia, pero ya se había perdido un tiempo maravilloso que va a ser muy difícil recuperar.