Diario de una Residente de Radiofísica (29 Junio de 2016)

Sumario:

29 Junio de 2016, Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, Barcelona. A la vista del fin de la rotación por Oncología Radioterápica y de mi inminente entrada al mundo de la Medicina Nuclear he pensado que es un buen momento para coger aire. Porque sí, finalmente ha llegado el momento en el que […]

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29 Junio de 2016, Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, Barcelona.

A la vista del fin de la rotación por Oncología Radioterápica y de mi inminente entrada al mundo de la Medicina Nuclear he pensado que es un buen momento para coger aire. Porque sí, finalmente ha llegado el momento en el que yo misma tengo que parar a ponerme al día de lo que va pasando en mí propia residencia. Nadie nunca dijo que el trabajo de R2 fuera fácil; pero cuando una es R2 a tiempo completo, y R1 y R3 a tiempo parcial las cosas se empiezan a complicar. Aunque no me puedo quejar, que lo que puedo llegar a aprender no tiene precio.

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Entre las revisiones de los aceleradores y las sesiones del servicio empecé este mes pasando las primeras visitas con mis vecinos de pasillo los Oncólogos Radioterápicos. Probablemente todos deberíamos tener la oportunidad de conocer la otra cara de la especialidad (probablemente la única cara importante, la del paciente) que para nosotros demasiadas veces queda difuminada entre los grises del TC de planificación. Pero pasarse unos días escuchando las dudas de los pacientes, oyendo los posibles efectos secundarios del tratamiento y, después, estando presente cuando el oncólogo decide el volumen a tratar y la prescripción, le da otra dimensión a todo el asunto. Y os prometo que para mí no es una dimensión nada agradable (sobre todo en lo que a exploraciones físicas se refiere) pero los médicos parecen estar más inmunizados contra eso que nosotros, que a lo largo de la carrera lo más desagradable que hemos visto es una recta de regresión con un punto fuera de lugar. Y no sólo esto, sino que la rotación me ha permitido empaparme un poco más de la jerga médica que cada día me va sonando un poco más familiar.

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Después de dos semanas con los médicos me he pasado las dos siguientes (a los ratos que podía) con los técnicos. Con ellos he visto cómo delimitar los órganos de riesgo, he estado presente mientras hacían TCs de planificación de distintas zonas anatómicas y he aprendido qué inmovilizadores usar o dónde y cómo poner los tatuajes.

Así, con un par de pacientes, he tenido la oportunidad de seguir todo el proceso desde casi el principio: asistí la primera visita, en el TC, vi como les pintaban los órganos de riesgo y los volúmenes blanco y, finalmente, yo misma hice la dosimetría. Ahora sólo queda ver cómo les va el tratamiento para cerrar todo el proceso.

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Aun con la rotación he sacado algo de tiempo para ponerme los guantes azules y manosear un poco por el servicio de Medicina Nuclear. He aprovechado también para empezar a medir  los niveles de radiación de los pacientes ingresados que han llevado a cabo terapia metabólica con I-131 para cáncer de tiroides e incluso he visto un par de  radioembolizaciones con microesferas de  Y90. Vamos, que aburrida no estoy.

Pero por si no tuviera suficiente con lo que aprendo en el hospital los cursos parecen estar a la orden del día. En mi mismo hospital los servicios de Radiofisica y Oncología Radioterapica organizaron hace poco un curso (del que se habló en otro post aquí mismo) en el que tuve la oportunidad de asistir a las clases, sino vivir toda la organización desde dentro. Y, aunque no me apunté al curso de Monte Carlo (queda pendiente para otra ocasión) pude ir a una de las cenas que se organizaron después de las clases y coincidí con unos cuantos de los compañeros con los que empezamos a planear la asistencia a los siguientes, que en mi caso parece que va a ser para finales de verano en Florencia donde se organiza el “Imaging for physicist”, de la ESTRO.

Pero para eso queda aún mucho, por lo que de momento y cuando la rotación me deje volver a la rutina me  meteré de lleno con Medicina Nuclear y con dosimetría clínica. Espero que pasadas las muy deseadas vacaciones que se van acercando me vea ya metida con algunas técnicas mas avanzadas como la IMRT o la SBRT. Sin olvidarnos, claro está, que aunque parece lejos, los congresos de la SEFM y de la ESTRO están a la vuelta de la esquina y una debe empezar a prepararse.

En fin, felices vacaciones a todos y nos vemos al regresar.

 

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