Annus horribilis

Sumario:

Hay años duros y éste está siendo uno de ellos. Hasta los reyes tienen de vez en cuando alguno. Después de más de un cuarto de siglo con mi compañera de trabajo (Mª Ángeles Rivas), este enero, va y se jubila… Hemos sido un binomio bien avenido… Y ahí me deja solo ante el peligro… […]

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Hay años duros y éste está siendo uno de ellos. Hasta los reyes tienen de vez en cuando alguno. Después de más de un cuarto de siglo con mi compañera de trabajo (Mª Ángeles Rivas), este enero, va y se jubila… Hemos sido un binomio bien avenido… Y ahí me deja solo ante el peligro… Y menudo peligro… Dos aceleradores por venir, un PET/TC pendiente, renovación de salas de RX para cambiar de CR a panel plano, hemodinámica y radiología intervencionista nuevas, TCs espectrales, sistema de registro de dosis en pruebas… ¡¡¡yo también me quiero jubilar!!! Pero va a ser que no… Que no puedo… Vamos, que esta administración no me deja…
Hemos superado y, se supone, controlado varios cambios tecnológicos juntos. Empezamos dominando las reveladoras junto con los equipos de RX analógicos (con indicadores de aguja… algunos monofásicos). Los TC tenían una sola corona de detectores, eran solo axiales y había que salir del sistema para analizar determinados parámetros de calidad de imagen como la resolución espacial. Las gammacámaras de Medicina Nuclear no tenían SPECT, solo imágenes planares y comandos para analizar ciertos parámetros. La braquiterapia era de baja tasa. Los planificadores de radioterapia eran 2D, el contorno del paciente se tomaba en una hoja cuadriculada a mano y las curvas de isodosis se pintaban con plotter. No había Radiofísicos Hospitalarios, solo había físicos… ¡Aquellos tiempos maravillosos! “… Como a nuestro parecer cualquier tiempo pasado fue mejor.”
Luego vino la radiografía computerizada (aprendimos lo que era el Raw Data y peleamos con las casas comerciales para que nos diera acceso a ellas), los paneles planos, los TC Helicoidales de varias coronas de detectores, la angiografía TC, la tomosíntesis de la mama, los SPECT, el PET, el PET/TC, la planificación 3D, la IMRT, la IGRT, la tomoterapia, la planificación 4D, la braquiterapia de alta tasa y… ahora vamos como “geisha por arrozal”… La tecnología nos alcanza y no tenemos casi tiempo de dominarla. Cada vez tenemos más protocolos que cumplir, más gente a la que formar, más cosas que aprender, más cosas que controlar. Eso sí, somos Radiofísicos Hospitalarios.
El año personal se complicó con la muerte de un familiar querido y con el cáncer de colon de otro. Además los electrodomésticos de casa se pusieron de acuerdo para pedir sustituto. Cayó el microondas, la lavadora, la vitrocerámica… Mi hijo necesitó un coche (solo quería un coche clásico de una marca en particular y de segunda mano), un ordenador nuevo y, bueno, éste no hace más que necesitar…
En junio todo parecía ir pasando hasta que el 22 de junio se me ocurre ir al cardiólogo. Cerré varios temas pendientes en el despacho y a las 10 de la mañana subí a cardiología. No fui para ver a mis colegas cardiólogos y saludar sin más. Llevaba diez días que tenía que pararme de vez en cuando ya que no podía seguir caminando (por la mañana al entrar en el hospital y por la tarde, después de merendar, cuando iba de paseo con mi mujer o a ver a mi suegra), me faltaba aire, me dolía el pecho y tenía que sentarme dos minutos, luego ya funcionaba otra vez bien. Yo pensaba que era ansiedad por el año que llevábamos. Pero no, no era eso. El cardiólogo me hizo un electro y salió bien, un ecocardiograma y también bien, una prueba de esfuerzo y, zasca, salió mal. Así que directo a hemodinámica. Así que con mi precioso informe fui a ver a mis amigos de hemodinámica. Llevamos trabajando con ellos mucho tiempo y colaborando en el proyecto DOCCACI. Este proyecto trata de obtener valores de referencia de los diferentes procedimientos de hemodinámica clasificándolos además por su dificultad de realización, vía de acceso, etc. Tenemos la suerte de estar en pruebas con el sistema de registro de dosis DOLQA y poder obtener muchos datos de manera automática pero algunos datos nos los tienen que aportar los facultativos de hemodinámica o sus bases de datos. Cuando le cuento a Antonela (una de las facultativas) que tienen que ponerme en la mesa y hacerme una intervención no se lo puede creer… Ve la historia y entiende que lo mío es urgente. Así que llama al jefe y programan intervenirme esa misma tarde. Ya me da cierta medicación y me voy a ingresar. Ahora soy un número. Acabo de pasar al otro lado.
Llamo a mi mujer y le cuento lo que hay, se asusta y viene con lo necesario. Mi hijo está de viaje a Valencia, a ver a su novia (a quién se le ocurre tener una novia valenciana con las mañas tan majas que hay por aquí, pero el amor surge donde surge). Le contamos lo que hay pero le decimos que no se vuelva y que ya le iremos informando. Yo les transmito a los dos que seguramente me pondrán algún stent, me repararan alguna parte de las coronarías y luego estaré como nuevo. Es como desatascar tuberías… A pesar de que intento tranquilizarlos supongo que la procesión va por dentro. Mi padre, mi hermana y mis primos están de fiestas en el pueblo (San Pedro Manrique, Soria, el Paso del Fuego y las Móndidas)y decido no decirles nada hasta que no me hayan intervenido. No quiero preocuparles y tampoco quiero fastidiar la fiesta ya que sé que esto es una intervención que es compleja de realizar pero que va muy bien, mis amigos hemodinamistas la hacen todos los días con una gran profesionalidad y yo lo veo todos los días.
A las tres y media ya estoy en la mesa de exploración, me preparan y aparece Esther (otra facultativa) que es la que me va a realizar la intervención. En el control está Antonela con José Ramón (el jefe de hemodinámica) asesorando y dirigiendo a Esther. No puedo estar en mejores manos. Esther me va contando lo que me va haciendo y además voy viendo en los monitores mis coronarias, veo las obstrucciones y veo como me las repara. Me pone tres stents en dos coronarias. Una de ellas tenía una obstrucción de 9 cm y necesita poner dos stents seguidos. Y yo allí, como Paquirri, diciéndole a Esther que repare todo lo que haga falta, ya que está dentro que haga todo lo que sea necesario. Después de dos horas y media salgo de la sala y me espera mi mujer algo preocupada pero tranquila ya que Antonela salió a verla a mitad de intervención para contarle la situación y decirle que todo iba bien… También le dijo que me hubiera dado el infarto esa tarde o al día siguiente. Pues menos mal que fui a ver a los cardiólogos… Además, teníamos intención de irnos a la playa esa misma tarde. ¡Menuda suerte tuve! Volví a nacer el día 22 de junio… Mis salvadores: Esther, Antonela y José Ramón. Gracias de corazón.


Imágenes del stent antes y después


Pasé la tarde tranquilo, por la noche hablé con el resto de la familia y les dije que no vinieran ya que el lunes me darían el alta y yo estaba perfecto. Coronarias reparadas y como nuevas.
El domingo, como no podía ser otra manera, bajé al despacho y vi mis datos dosimétricos en DOLQA. Hasta ahora sólo me habían hecho un par de placas dentales intraorales y quería ver las dosis recibidas en mi primera intervención importante. Dosis máxima en piel 749 mGy. Muy bien. Lo comparo con las recomendaciones de Stephen Balter et al. y veo que estoy en el rango A1. Sin problemas. Ahora mis datos forman parte de la base de datos para DOCCACI.

Distribución de dosis en piel de mi intervención


He estado mes y medio de baja, estoy recuperado y tomando medicación (tres pastillas por la mañana, una al mediodía y tres por la noche). Me han dejado el colesterol total en 95, muy bajo. A ver si me lo regulan mejor porque con eso y con la tensión por los suelos me siento flojo… Por lo demás todo perfecto, funciono como un reloj atómico… Hasta ya voy en bicicleta los fines de semana por el río Gállego, el Ebro y por los Galachos de Juslibol…
Indefectiblemente, a final del verano el coche que tenía 12 años hizo ploffff. Tuvimos que mirar otro nuevo y eso me mantuvo ocupado durante las vacaciones. Mira y remira los diferentes modelos. Finalmente salió uno de ocasión de la misma marca que le gusta a mi hijo y lo pillamos. Mi mujer me decía que ya que me iba a comprar un coche, mejor que fuera de la marca que le gusta a nuestro hijo por si me pasaba a mí algo, así él ya tendría coche nuevo… Pues ahora disfruto del coche nuevo y antes muerto que dejarle el coche a mi hijo…
Escribo esto 5 meses después de mi intervención. Esta semana están dos personas del proyecto DOPOES II (Aurora y Marian) cogiendo datos de dosis de las diferentes salas, pidiendo las estadísticas de radiodiagnóstico y nosotros les aportamos todos los datos que tomamos de dosis a pacientes durante los últimos años y ayudándoles en lo posible. De algunos equipos les damos los datos de DOLQA pero de otros hay que cogerlos a mano ya que no tenemos todos los equipos conectados a DOLQA. Aurora ya estuvo aquí en el primer DOPOES hace unos años y ya nos conocíamos. A ver si en unas semanas tenemos conectados la mayoría de los equipos a DOLQA y puedo aportar a DOPOES II muchos más datos.
Por otro lado, me han alegrado el día cuando me he enterado de que a nuestra querida amiga y colega Marisa España se le ha concedido el premio “Amigo de la radiología 2018” que lo otorga la SERAM. Este premio reconoce su gran labor como radiofísica hospitalaria y su estrecha colaboración con la SERAM durante los últimos años. Enhorabuena Marisa. Eres nuestra mejor embajadora… Qué sería de los radiofísicos hospitalarios sin los radiólogos, sin los radioterapeutas, sin los médicos nucleares… y qué sería de ellos sin los radiofísicos hospitalarios…

Por el momento, eso es todo amigos…
PD:
“La gente se arregla todos los días el cabello. ¿Por qué no el corazón?” Proverbio Chino.
“Más vale la pena en el rostro que la mancha en el corazón.” Miguel de Cervantes Saavedra

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