Sumario:
La pasada semana la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) celebró su Congreso Nacional en el Palacio de Congresos y de la Música Euskalduna de Bilbao. Este año 2016 celebran el centenario de la creación de la SERAM. 100 años, ahí es nada. ¡Felicidades! Tuve la suerte de poder acudir al Congreso como físico médico […]
La pasada semana la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) celebró su Congreso Nacional en el Palacio de Congresos y de la Música Euskalduna de Bilbao. Este año 2016 celebran el centenario de la creación de la SERAM. 100 años, ahí es nada. ¡Felicidades!
Tuve la suerte de poder acudir al Congreso como físico médico dedicado a la imagen diagnóstica. La sensación inicial al entrar en el Palacio de Congresos fue un poco rara, me sentía como un extraño en aquel evento. Pero conforme pasaban los minutos me fui encontrando más cómodo viendo cómo son muchos los puntos que nos unen a la hora de trabajar a radiólogos y físicos médicos. Fue una grata sorpresa comprobar que aunque todavía minoritaria la asistencia de físicos médicos al Congreso de nuestros compañeros radiólogos, esta cada vez es mayor. En Bilbao coincidí con varios compañeros de profesión así como con Marisa Chapel, la presidenta de la SEFM, y supe de otros que habían estado pero ya habían emprendido el viaje de vuelta a casa.
Debemos trabajar para que nuestra presencia en ediciones posteriores sea mayor pues en este congreso podemos encontrar muchos aspectos y puntos de vista que pueden hacer crecer nuestro trabajo: conocer de cerca inquietudes y necesidades que se reclaman desde el diagnóstico por imagen, ponernos al día de los avances tecnológicos en imagen, así como la posibilidad de aportar nuestro conocimiento en el campo de la resonancia magnética y en el de los ultrasonidos. Además tenemos muchas cosas que aportar en la calidad de la imagen de diagnóstico, tanto la que puede ofrecer el propio equipo de diagnóstico, como la de los monitores que se utilizan para realizar el diagnóstico. Pero sin duda el campo donde más podemos contribuir en estos momentos es en el del control de la dosis que imparten los equipos de radiodiagnóstico.
Repasando el programa pude comprobar cómo los espacios de colaboración entre físicos médicos y radiólogos son numerosos. El control de la dosis es un tema con el que cada día están más sensibilizados los radiólogos. Varias ponencias y trabajos se centraron en el control y optimización de la dosis impartida en los estudios de CT. Una jornada de formación continuada fue dedicada principalmente a la protección radiológica tanto de pacientes como de trabajadores.
Entre las novedades tecnológicas más destacadas son el uso de equipos de CT con doble energía, la proliferación de equipos con tomosíntesis tanto en mamografía como en convencional, pero creo que lo más relevante son los diferentes programas de explotación de dosis del PACS que están presentando las casas comerciales. Cada vez es mayor la demanda de este tipo de software por parte de los servicios de Radiodiagnóstico y de Radiofísica y las casas comerciales están haciendo un esfuerzo importante por presentar buenos productos. Ésta es una herramienta potentísima para que se consiga una optimización y homogeneización de procedimientos de trabajo y una reducción de la dosis impartida en los pacientes.
La dosis impartida en los estudios de diagnóstico pediátricos, la dosis que se da en los estudios mamográficos (sobre todo en los de cribado), la dosis impartida en intervencionismo o la dosis que se da en los estudios de CT son temas muy sensibles a día de hoy. Debemos aumentar la colaboración con nuestros compañeros radiólogos para ir de la mano en la optimización de las dosis que imparten los equipos. Creo sinceramente que nosotros los necesitamos a ellos y ellos nos necesitan a nosotros. Por una parte, las dosis que están dando los equipos se pueden bajar «casi» tanto como queramos, pero entonces la imagen no es válida para realizar un diagnóstico, y por otra, una imagen con una altísima calidad para el diagnóstico sólo se va a poder conseguir a costa de dar una dosis muy elevada al paciente. De ahí la necesaria colaboración entre el radiólogo y el físico médico para encontrar el equilibrio, es decir, una imagen con una dosis tan baja como sea posible que proporcione una imagen con una calidad suficiente para el diagnóstico. Sólo el radiólogo puede decir dónde está el límite de calidad suficiente en una imagen para realizar diagnóstico y somos los físicos médicos los que le podemos decir si la dosis de esa imagen es suficientemente baja.
Quiero destacar también que este tipo de eventos ofrecen una oportunidad magnífica de coincidir con compañeros y amigos con los que compartir mesa y mantel, intercambiar opiniones y tratar de arreglar el mundo. Para ello Bilbao es una plaza inigualable por su innumerable oferta lúdica y gastronómica. No todo tiene que ser trabajo.
El próximo congreso de la SERAM será dentro de dos años en Pamplona. Se nos ofrece una magnífica oportunidad para que nuestra presencia en dicho congreso aumente fruto del crecimiento de la colaboración entre ambas especialidades. Del mismo modo que sería interesante también que los radiólogos participasen en nuestro próximo congreso de Girona.