2018 estrena nuevo formato para los «cursos de Baeza»

Sumario:

Antes de ponerme a escribir, y respondiendo a un automatismo que me resulta difícil de evitar, a un afán de andar sobre seguro que no es más que un efecto secundario del paso del tiempo, he hecho una revisión en “Desayuno con fotones” de las entradas cuyos contenidos tienen relación con los que me propongo […]

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Antes de ponerme a escribir, y respondiendo a un automatismo que me resulta difícil de evitar, a un afán de andar sobre seguro que no es más que un efecto secundario del paso del tiempo, he hecho una revisión en “Desayuno con fotones” de las entradas cuyos contenidos tienen relación con los que me propongo tratar en esta. He releído con placer “Baeza forever”, escrita a cuatro manos por Manuel Vilches y Abel Niebla, “Diario de una residente de radiofísica (9 de febrero de 2016)”, de Carla Casadevall-Cases, y “Crónica de una superviviente al curso de Fundamentos de Física Médica de Baeza”, de Irene Fernández. He constatado, con disgusto, que hace muchos meses que no frecuento estas páginas más que como lector; así que aprovecharé este primer párrafo para dar un toque de atención a todos esos colaboradores que, como yo, andan un poco despistados: ¡hay que publicar más, amigos!
Ya que me propongo en lo que sigue hablar sobre las novedades que se han introducido este año en los “Cursos de Baeza”, y ya que entre nuestros lectores hay muchos que no sabrán de estos cursos o tendrán una idea vaga de lo que son, voy a tratar de describirlos y explicar su origen.
El curso “Fundamentos de Física Médica”, al que solemos referirnos como “Cursos de Baeza”, nació como una iniciativa, liderada por Teresa Eudaldo, de la Sociedad Española de Física Médica (SEFM). En palabras de la propia Teresa, en los cursos se han perseguido dos objetivos fundamentales [1]; primero: “Conseguir una formación teórica común, al inicio de la residencia, aportando un conjunto mínimo de contenidos teóricos propios de la especialidad con los que no están familiarizados la mayoría de los residentes”; y, segundo: “Conseguir una homogeneización de estos contenidos teóricos, de la terminología y de los conceptos básicos de forma que no fuesen dependientes de la unidad docente en la que el residente cursara su formación”. Este planteamiento es consecuencia de que la estructura de la formación de los especialista internos residentes en Radiofísica Hospitalaria es eminentemente práctica y, por tanto, adolece de un sustento teórico muy difícil de conseguir, en las propias unidades docentes. Volviendo a citar a Teresa: “Los cursos de Baeza nunca han pretendido suplantar la formación de las unidades docentes, sino aportar unos cimientos sobre los que pueda apoyarse la formación práctica”. Creo muy importante decir ahora, antes de que los argumentos que pugnan entre ellos por ser expresados primero me hagan olvidarlo, que los Cursos de Baeza nunca han sido obligatorios.
La primera edición, que se compuso de 8 módulos y tuvo una duración de 3 semanas, se celebró en noviembre de 2004, naturalmente en Baeza, gracias a un acuerdo vigente hasta hoy, aunque con algunas modificaciones, con la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA). Creo necesario destacar lo extraordinariamente favorable que ha sido este acuerdo para la SEFM, que ha permitido, entre otras cosas, que el coste del curso haya sido relativamente bajo para los asistentes; por ejemplo, los socios no han tenido que pagar el alojamiento en la Residencia hasta la edición que se celebrará este año. Quiero expresar aquí mi reconocimiento y agradecimiento a aquel trabajo de la UNIA y de la Junta Directiva de la SEFM, de esta última, a la sazón, fue presidente Pedro Galán.
A partir de la segunda edición, que se celebró en 2006, el curso pasó a desarrollarse entre los meses de enero y febrero. En la quinta edición (2009) se añadió un módulo más y la duración aumentó de tres a cuatro semanas; esta estructura, que puede verse en la Tabla 1, se ha mantenido hasta hoy. Se han celebrado 13 ediciones del curso con 717 matrículas en total (una media de 55 por año), 560 de ellas han correspondido a residentes de Radiofísica Hospitalaria.

Módulo Título Horas docentes ECTS
1 Medida de la radiación 21 1.6
2 Bases físicas, equipos y control de calidad en Radiodiagnóstico 18 1.3
3 Bases físicas, equipos y control de calidad en Radioterapia Externa (I) 14 1.2
4 Bases físicas, equipos y control de calidad en Radioterapia Externa (II) 18 1.5
5 Bases físicas, equipos y control de calidad en Braquiterapia 16 1.2
6 Bases físicas, equipos y control de calidad en Medicina Nuclear 13 1.2
7 Protección Radiológica Hospitalaria 13 1.2
8 Oncología básica para radiofísicos y principios de Radiobiología 14 1.2
9 Radiaciones no Ionizantes: Resonancia Magnética y Ultrasonidos 21 1.6
Total   148 12

Tabla 1. Distribución de los módulos que han compuesto el curso Fundamentos de Física Médica desde la edición de 2009 hasta la edición de 2017 y número de créditos ECTS en la edición de 2018.
En cuanto al profesorado, en la edición de 2017 participaron 38 docentes (32 en la edición de 2006). Este profesorado ha ido cambiando a lo largo de estos años y, aunque no puedo ser muy preciso a este respecto, han sido muchos los colegas que han participado como docentes en los Cursos de Baeza, conformando con esta labor uno de los productos más valiosos que esta iniciativa ha tenido: la colección Fundamentos de Física Médica, que será completada en los próximos meses con la edición de los volúmenes 9 y 10. Esta entrada me da también la oportunidad de felicitar y mostrar mi agradecimiento a todos los que han hecho posible esta obra, primorosamente editada por ADI; particularmente a su editor, Antonio Brosed.
Creo que este breve resumen y los números que lo acompañan son suficientes para entender la gran importancia que los Cursos de  Baeza han tenido para la especialidad de Radiofísica Hospitalaria en nuestro país. Sin temor a equivocarme, creo que han marcado el carácter de nuestra especialidad y de nuestros especialistas, y que han producido una cohesión de los profesionales de extraordinario valor. Y no solo para los residentes, también para los que hemos tenido la fortuna de participar como profesores.
 
He procurado hasta aquí no apartarme demasiado de la objetividad de los números, pero el párrafo anterior delata seguramente mi punto de vista respecto de los Cursos de Baeza, así que voy a tratar de objetivar un poco más esto que acabo de afirmar.
Más allá de la percepción de encontrarnos ante una iniciativa singular y valiosa en la formación especializada española, que constatamos al hablar sobre ella con especialistas sanitarios de otras áreas, las opiniones expresadas por los residentes en las encuestas que se realizan tras cada módulo en cada edición no dejan lugar a dudas. No voy a repasarlas todas, estos desayunos tienen un límite, pero ustedes pueden consultarlas en la Revista de Física Médica, donde Teresa ha publicado puntualmente su informe anual tras cada nueva edición; les dejo en la Figura 1, como ejemplo, los resultados obtenidos desde 2006 para tres preguntas que he considerado significativas. Es anecdótico, aunque importante, que en las reuniones de los coordinadores que se han celebrado a lo largo de estos años, siempre hemos estado más preocupados de las opiniones negativas que de las positivas que, sistemáticamente, han sido muchísimas más. Lo que, a mi juicio, habla del enorme interés y emoción puestos en la labor docente que nos ha tocado desarrollar.

Figura 1. Puntuación media para todos los módulos en tres preguntas de la encuesta final respondida por los alumnos en 12 ediciones del curso Fundamentos de Física Médica. Entre paréntesis tras la indicación de la pregunta el valor medio para todas las ediciones: (P1) ¿Cree que se han alcanzado los objetivos expresados en el programa? (P2) Valore la calidad de los contenidos teóricos impartidos. (P3) Valoración de la labor docente de los profesores participantes. Las preguntas se puntuaron entre 1 y 5 (1 el valor más negativo y 5 el más positivo).


De estos aspectos mejorables expresados en las encuestas, el más importante y repetido ha sido la densidad de contenidos en un tiempo suficientemente largo como para comprometer su correcta asimilación. Si bien muchos de los problemas que han acaecido durante estos catorce años se han resuelto adecuadamente, el que acabo de describir ha sido consustancial al formato del curso tal y como estaba concebido y, por consiguiente, no ha podido solventarse (al menos para aquellos que han realizado el curso en un solo año). Por ello, y tras el debate generado en el seno la SEFM [1,2], su Junta Directiva, presidida por María Luisa Chapel, propuso un replanteamiento de los Cursos de Baeza que pivotase sobre dos ideas básicas: una reducción del número de clases presenciales y un aumento de la proporción de los aspectos prácticos en los contenidos docentes. He tenido el privilegio, como nuevo director del curso, de coordinar al equipo que está haciendo posible el cambio y me propongo explicarlo en lo que sigue.
Desde nuestro punto de vista, en el curso Fundamentos de Física Médica la actividad presencial es la más importante.  El contacto de los alumnos con los docentes, profesionales que muestran de primera mano su experiencia, y con el resto de compañeros, con la creación de vínculos profesionales de gran proyección, son fortalezas que hacen singular este curso. La nueva estructura trata de hacer compatibles estas consideraciones con las planteadas por la Junta Directiva, ya descritas, y por la UNIA. Estas últimas se refieren a la necesidad de mejorar los aspectos económicos del curso, que ha supuesto un déficit importante en los últimos años para la Universidad, y la extinción del acuerdo para el alojamiento en la Residencia, que ahora se gestiona de manera independiente de los aspectos docentes. Los cambios propuestos, que consideran de manera especial los nuevos métodos de enseñanza que permite un uso más intenso del Campus Virtual de la UNIA,  pueden resumirse como sigue:

  • Reducción de la parte presencial de 4 a 3 semanas.
  • Elaboración de una parte no presencial que los alumnos deberán desarrollar antes de la presencial.
  • Elaboración de un nuevo modelo de evaluación en la que podrán considerarse cuestionarios o la realización de un trabajo final de módulo, y que se articula en una fase no presencial final.
  • El curso pasa a ser un “curso de formación permanente de la UNIA” en el que se aplica el European Credit Transfer System (ECTS): se pasa de 148 horas lectivas a 12 ECTS. En la Tabla 1 puede verse la distribución de créditos para los 9 módulos del curso.

De esta manera, para cada uno de los módulos se incluirán en la fase previa no presencial los aspectos más básicos, de modo que pueda emplearse mejor el tiempo disponible más tarde para la parte presencial. Esta fase previa contendrá autoevaluaciones en forma de cuestionarios. Su duración se ha establecido de manera que los alumnos dispongan, como mínimo, de una semana de trabajo por módulo (15 horas), que pueden distribuir libremente en el tiempo que dura esta fase.
La parte presencial de los diferentes módulos se desarrollará de modo semejante al que se ha empleado hasta ahora, aunque la materia que ha sido estudiada por los alumnos en la fase no presencial debe permitir, por una parte, abordar la materia restante de un modo más directo y, por otra, potenciar la existencia de algunas lecciones o seminarios con orientación más práctica y el uso de más recursos en el aula que optimicen el trabajo del profesor. La nueva estructura para la fase presencial del curso se muestra en la Figura 2.

Figura 2. Esquema de la fase presencial en la nueva estructura de los Cursos de Baeza. Cada día de clase supondrá un total de 7 horas lectivas, 4 en horario de mañana y 3 en horario de tarde.


Tras la fase presencial, los alumnos dispondrán de un tiempo limitado para la realización de un cuestionario o un ejercicio práctico que, además de suponer su evaluación, permitirá afianzar aquellos conocimientos que se consideren más importantes en cada módulo.
Es indudable que el aprovechamiento del curso con esta nueva estructura supondrá más trabajo para los alumnos durante un período de tiempo más largo; parte de este trabajo, en el caso de los residentes, se desarrollará desde los hospitales. Creemos que esta circunstancia es ventajosa y puede ser aprovechada por las unidades docentes para implicarse en el proceso de una manera mucho más directa que hasta ahora, de manera que los residentes integren en su quehacer diario las tareas del curso y puedan desarrollar algunas de ellas junto con los especialistas que les forman.  
Para muchos de nosotros los Cursos de Baeza han supuesto una etapa muy importante en nuestras carreras, también en los aspectos personales, que hemos vivido con gran intensidad. En mi caso, recuerdo con especial ilusión la petición que me hizo Teresa para que coordinase el módulo de Radiobiología en el Congreso de Vigo de 2003, y cómo Manuel Vilches y Amadeo Wals la hicieron mayor sumándose al proyecto; más tarde lo hicieron Rafael Guerrero y Jose Manuel de la Vega. Este año echaré de menos no compartir el trabajo en el aula con ellos. Desde ese ya lejano 2003, hemos sentido la satisfacción del trabajo bien hecho y la frustración tras nuestros errores; también sucesos tristes que no podremos olvidar, como la muerte de Claudio Romero Coronado, en el curso de 2008.
Los cursos de Baeza han sido mimados por todas la Juntas Directivas desde su primera edición y han sido una apuesta importante de la SEFM. Confío en que lo siga siendo.
Referencias:
[1] Eudaldo T, Peinado MA. ¿Son útiles los cursos de Baeza actualmente? Rev Fis Med 2016;17:155-9.
[2] Millán E. Resumen de la Jornada de UD de RFH celebrada en Madrid el 20/11/15. Rev Fis Med 2015;16:65-72.

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