La Radioterapia en España (II): Braquiterapia
Sumario:
La braquiterapia es uno de los pilares fundamentales en los tratamientos oncológicos con radiaciones. A diferencia de la radioterapia externa, en la braquiterapia las fuentes radiactivas están en contacto con los tejidos, ya sea directamente o en el interior de aplicadores. Para ello deben encapsularse y dependiendo de la forma en la que entren en […]
La braquiterapia es uno de los pilares fundamentales en los tratamientos oncológicos con radiaciones. A diferencia de la radioterapia externa, en la braquiterapia las fuentes radiactivas están en contacto con los tejidos, ya sea directamente o en el interior de aplicadores. Para ello deben encapsularse y dependiendo de la forma en la que entren en contacto con el paciente puede ser superficial, endocavitaria (aprovecha cavidades naturales del cuerpo), intersticial (se inserta en los tejidos) o endoluminal (como en el caso de tratamiento de tráquea o esófago).
Braquiterapia de alta tasa y semillas de I-125
Hasta no hace muchos años, el tratamiento con braquiterapia requería el ingreso del paciente durante varios días, ocasionando problemas de protección radiológica y las consiguientes molestias para el propio paciente (que permanecía prácticamente aislado), familiares y personal sanitario involucrado. Esto además generaba un gasto importante, puesto que la hospitalización supone el mayor coste en este tipo de tratamiento.
Sin embargo, la aparición de equipos de alta tasa de dosis, que permiten realizar el tratamiento en periodos de tiempo mucho menores, y el desarrollo de nuevas herramientas de cálculo y de imagen han supuesto un cambio sustancial en esta situación. Ya no se requiere, en la mayoría de los casos, el ingreso del paciente más allá de unas horas, ya que el tratamiento se administra de forma ambulatoria, lo que conlleva una reducción drástica en tiempo y costes. Es por ello que la braquiterapia ha experimentado un notable crecimiento en la última década y quedan ya pocos hospitales en España que no hayan cambiado la braquiterapia tradicional por la de alta tasa.
Otra de las técnicas que está cobrando cada vez más relevancia es el tratamiento de próstata con semillas de I-125. En este tratamiento se introducen quirúrgicamente semillas radiactivas de baja tasa en el interior de la próstata. Pese a que es necesaria la intervención quirúrgica, ésta es poco invasiva y suele requerir poco tiempo de hospitalización, por lo que cada vez existen más hospitales que realizan esta intervención e incluso han nacido centros privados especializados en estos implantes.
Recomendaciones
¿Cuántos equipos son necesarios para cubrir las necesidades? Actualmente entre el 10 y el 25% del total de los pacientes remitidos a un servicio de Oncología Radioterápica con braquiterapia son tratados con esa técnica, siendo las localizaciones tumorales más frecuentes: ginecológicas, próstata, mama, bronquios y cabeza y cuello. La variación del porcentaje depende en gran medida de que el hospital sea o no centro de referencia para ciertas patologías. Es destacable el caso del cáncer de cérvix, donde el empleo de braquiterapia como parte del tratamiento es obligatorio y no existe alternativa al mismo. En función de estos y otros datos, la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) recomienda la disponibilidad de al menos un equipo por cada 700.000 habitantes (1,43 equipos / millón hab.), siendo la situación óptima 1 por cada 500.000 (2 equipos / millón hab.). Es muy recomendable leer el capítulo dedicado en el Libro Blanco de la SEOR (apartado de Braquiterapia dentro del capítulo de Análisis de la práctica clínica) donde se aportan multitud de datos e información a este respecto.
Situación actual
En la anterior entrada (La Radioterapia en España I: Aceleradores Lineales) analizaba la situación del parque de aceleradores en España utilizando como fuentes las bases de datos que publica el Sistema Nacional de Salud, SNS, (aquí se puede descargar en pdf o mdb) y las actas de inspección del Consejo de Seguridad Nuclear, CSN. En estas últimas también aparecen documentadas las fuentes radiactivas que hay en cada hospital, las instalaciones que están autorizadas para administrar braquiterapia y los equipos con los que cuentan. He reunido la información referente a los equipos de alta tasa que hay en España en funcionamiento (existen varios centros con el equipo comprado pero sin fuente cargada, ni previsión de carga) y los que en el momento de la inspección realizaban implantes prostáticos de semillas de I-125 y los he clasificado en función de la Comunidad Autónoma a la que pertenece el centro y si es público, privado concertado o exclusivamente privado. Para interpretar correctamente estos datos hay que tener en cuenta que:
- El tipo de concierto de cada hospital no viene desglosado en las bases de datos del SNS, lo que implica que no necesariamente el concierto tiene que incluir el tratamiento con braquiterapia.
- La recopilación de datos la he realizado de “forma artesanal”, es decir, puede contener datos erróneos. He intentado minimizarlos cruzando los datos de las diferentes fuentes que tengo, pero puede ocurrir que algún hospital se haya “perdido” o bien que haya habido cambios desde el acta de inspección consultada. Aún así, creo que no afectará a las conclusiones generales.
Estos datos pueden apreciarse mejor en el siguiente mapa, donde se representan los equipos de braquiterapia de alta tasa por millón de habitantes en España:
Como puede verse en la leyenda, el número de equipos de braquiterapia de alta tasa por millón de habitantes en España alcanza el mínimo recomendado por la SEOR. Sin embargo hay diferencias notables entre comunidades autónomas. Estas diferencias se ven magnificadas por el hecho de que, al ser números muy pequeños, un solo equipo en una comunidad autónoma con un número de habitantes pequeño hace que el número de equipos por millón sea de los más altos (La Rioja por ejemplo) y que la puesta en marcha o no de un equipo supone un incremento o decremento sensible en este ratio. Llama la atención el caso de Extremadura, que es la única comunidad que no cuenta con ningún equipo en funcionamiento, debiendo derivar a pacientes a otra región o buscar alternativas de tratamiento. Tanto en Aragón como en Baleares se necesita inversión en esta técnica, mientras que en Cataluña existen varios hospitales donde se aplica la braquiterapia sin equipos de alta tasa, por lo que se tratan más pacientes de los que sugiere el número que aparece en el mapa.
Conclusiones
Las comunidades que mejor paradas salen en número de equipos y tienen un número importante de habitantes, tienen un porcentaje muy alto en hospitales concertados (ocurre en Valencia, Madrid y Castilla la Mancha). Esta situación, de apuesta por conciertos hospitalarios era ya evidente en el anterior post.
La inversión requerida para que todas las comunidades estén dentro del ratio de 1 equipo por cada 700.000 habitantes es realmente pequeña, de unos pocos equipos en zonas muy concretas. Esta inversión, perfectamente asumible por las administraciones correspondientes, supondría un salto cualitativo en los tratamientos de radioterapia y una reducción de costes globales. Tratando pacientes que actualmente se están tratando con radioterapia externa con braquiterapia de alta tasa (en los casos en los que esté indicado) podría reducirse la lista de espera que existe en muchos servicios a un precio relativamente bajo. Eso sin contar con los pacientes que no serían derivados a otros hospitales para poder tratarse, como por ejemplo las pacientes con cáncer de cérvix. En ciertas comunidades, como las que se han nombrado en el apartado anterior, debería ser una inversión prioritaria, puesto que supone una de las mejores relaciones coste – beneficio en el ámbito del tratamiento oncológico.
Nos seguimos leyendo.
PD: No quiero terminar sin agradecer a Pedro Almendral (Radiofísico) y a Joaquín Cabrera (Oncólogo Radioterapeuta), los dos del Hospital Infanta Cristina de Badajoz, y a los editores del blog los comentarios y correcciones sobre esta entrada. ¡Gracias!