¿Qué nos pasa con las tareas importantes no urgentes?

Sumario:

Hace unos meses por casualidad di con un blog en el que se publicaba un post, “El éxito de las tareas importantes no urgentes”, que me llamó la atención y que me puso con palabras de forma muy organizada algo a lo que llevaba dando vueltas desde hacía mucho tiempo y que me crea a […]

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Hace unos meses por casualidad di con un blog en el que se publicaba un post, “El éxito de las tareas importantes no urgentes”, que me llamó la atención y que me puso con palabras de forma muy organizada algo a lo que llevaba dando vueltas desde hacía mucho tiempo y que me crea a menudo cierto desasosiego. Y resulta que la idea no es original, sino que es obra de Dwight David Eisenhower. Y es que el comandante supremo del ejército aliado en la Segunda Guerra Mundial y después Presidente de los Estados Unidos, recordado como un buen gestor y un gran estratega, era fanático de la gestión del tiempo.

El texto es corto y se resume en la siguiente gráfica, a la que se le llama “matriz de Eisenhower»:

matriz de eisenhower
Hemos de reconocer que un gran número de nosotros muchos días la mayor parte de la jornada la dedicamos a las tareas urgentes, algunas importantes, desde luego, pero otras muchas cuya relevancia es muy cuestionable.

¡Cuántas veces hemos experimentado la frustración de no haber cumplido con aquello que teníamos previsto porque nos hemos visto obligados a ejercer de “apagafuegos” una y otra vez!. ¡Y otras tantas que con prisas acometemos acciones que no pueden demorarse y que si les hubiéramos dedicado antes un poco de tiempo y calma para planificarlas se podrían haber realizado de forma mucho más eficaz!. O yendo aún más allá, ¡cuántas horas hemos perdido llevando a cabo nosotros mismos una tarea por no encontrar nunca el momento para formar a alguien que podría hacerla perfectamente!. ¡Y veces que hemos interrumpido la lectura o incluso la redacción de un artículo interesante que al final nunca llegamos a terminar!

Así, podría seguir describiendo situaciones similares de nuestra labor como radiofísicos, al menos en Radioterapia, que es donde yo he llevado a cabo toda mi carrera profesional. Y según van pasando los meses y hasta los años corremos el riesgo de llegar a creer que una parte muy importante de nuestro trabajo, incluso la parte más importante, consiste fundamentalmente en un cúmulo de tareas urgentes a las que debemos de dar salida con premura.

Mafalda lo urgente y lo importante

Si hacéis el ejercicio de pensar un poco en todo esto, es probable que estéis de acuerdo conmigo en que las tareas que tenemos muchas veces abandonadas son las que son importantes y no urgentes. Me refiero justamente a aquellas que normalmente no se nos exigen, que si se postergan y damos prioridad a las demás, aparentemente no pasa nada. Son, por ejemplo, ese artículo que nos gustaría escribir, la preparación de una reunión con nuestros compañeros que desemboque en resultados fructíferos, el protocolo que desde hace tiempo vemos que es necesario actualizar, la revisión bibliográfica que podríamos presentar en una sesión clínica, la lectura profunda del manual del equipo que ya hemos empezado a utilizar… Incluso yendo aún más allá, la organización, o mejor, la intelectualización de las tareas, que es la base misma de la calidad y el soporte de cualquier potencial mejora. Y cuán a menudo nos engañamos diciéndonos que no tenemos tiempo, que andamos demasiado atareados.

Sin embargo, no tengo ninguna duda de que son precisamente las tareas importantes y no urgentes las más gratificantes y las que proporcionan a nuestro trabajo una mayor entidad. Son las tareas que requieren previsión, constancia y voluntad, en definitiva, más esfuerzo y confianza en nosotros mismos. Son aquellas que cuando las terminamos, nos paramos, echamos la vista atrás y nos sentimos satisfechos de lo que hemos conseguido, como personas y como equipo. Aquellas que nos hacen sentir que nuestro papel como radiofísicos es importante y necesario. ¿O no?

Nota: No me he querido meter con el tiempo que se dedica a las tareas no importantes y no urgentes, que con las nuevas tecnologías está creciendo de forma exponencial, porque creo que la cuestión trasciende del ámbito de la radiofísica y que, además, daría para otro post y mucha mucha discusión.

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