Lee, responde y corrige

Sumario:

Hay días en los que uno no quita la vista de la pantalla del ordenador salvo para ir al baño o subir a cafetería con los compañeros… Uno de esos días fue un lunes (del que ya no me quiero acordar) que tras ocuparme un rato de actualizar y publicar en las redes sociales de […]

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Hay días en los que uno no quita la vista de la pantalla del ordenador salvo para ir al baño o subir a cafetería con los compañeros… Uno de esos días fue un lunes (del que ya no me quiero acordar) que tras ocuparme un rato de actualizar y publicar en las redes sociales de la SEPR y al abrir el correo electrónico… zas, zas, zas… tres correos peligrosos….

  • El primero de Desayuno con Fotones para contestar una de las preguntas que el gran público nos hace. Esta vez era sobre los riesgos asociados a los tejidos radiología dental. Era algo que casi había explicado en una de las entradas del blog, así que reuní documentos y empecé por partes (como cuando hacíamos integrales). La respuesta fue:

“Las dosis en radiología dental son muy bajas y además no se irradian directamente órganos especialmente radiosensibles. Las salivales y la glándula tiroides se encuentran entre los órganos en situación de riesgo. Las salivares están a menudo dentro del haz primario, mientras que la dosis que recibe la tiroides se debe principalmente a la radiación dispersa. Esta radiación dispersa que llega a la tiroides no se puede evitar utilizando un protector tiroideo ya que proviene de la zona mandibular y va en todas las direcciones.
La radiación dispersa es entre 100 y 1000 veces menos intensa que la radiación directa y la dosis en la superficie de entrada para el caso de las radiografías panorámicas es baja, por debajo de 0,7 mGy.
En un estudio panorámico, la dosis efectiva estaría entre 4 y 30 microGy y el riesgo de cáncer fatal entre 0,2 y 2 por cada millón (EUR – Radiation Protection 136 :European guidelines on radiation protection in dental radiology. The safe use of radiographs in dental practice. 2004). Un estudio dental intraoral equivaldría a una dosis efectiva de 0,005 mSv, comparable con la radiación natural de fondo durante un día. La tiroides recibiría una dosis absorbida entorno a 0,01 mGy y las salivares entorno a 0,1 mGy. Estas dosis son realmente bajas y el riesgo asociado es insignificante (http://www.radiologyinfo.org/sp/info.cfm?pg=safety-xray)”.

  • El segundo correo era de la sección de preguntas y respuestas de la SEPR y me instaba a contestar otra pregunta del otro gran público… La pregunta era: ¿Por qué en tomografía computarizada se usan los protectores de bismuto y no de plomo? Para esta pregunta tenía que indagar algo más y busqué y busqué para responder:

“Los dos materiales tienen una alta densidad, adecuada para atenuar la radiación X. La diferencia entre las densidades del plomo (densidad 11.32 g·cm-3) y del bismuto (densidad 9.78 g·cm-3) es lo suficientemente pequeña para que ambos se puedan utilizar con fines de protección radiológica. Pero el plomo es un contaminante medioambiental, muy tóxico y por ello siempre que sea posible se evita su utilización. La directiva de la Comunidad Europea sobre la restricción en cuanto al uso de substancias peligrosas impulsa la reducción en cuanto al uso del plomo. Los delantales de protección radiológica han dejado de fabricarse también con plomo por ese motivo.

El bismuto se considera un metal pesado pero es irónicamente muy poco tóxico, prácticamente no-agresivo, pese a estar rodeado (en la tabla periódica) de metales venenosos y peligrosos para el medio ambiente. Este metal es muy barato teniendo en cuenta su escasez (igual a la del oro) y dificultad para encontrarlo. No parece demasiado importante en ningún sector de la industria o la medicina, se usa muy poco. El bismuto se expande al solidificarse, esta extraña propiedad lo convierte en un metal idóneo para fundiciones. Algunas de sus aleaciones tienen puntos de fusión inusualmente bajos. Quizá por ello, es fácil fabricar láminas homogéneas de 1 mm de grosor de este material. De no ser por su escasez en la naturaleza, podría reemplazar al plomo como escudo anti-nuclear debido a la gran masa atómica que posee.

Los protectores de bismuto para Tomografía Computarizada (TC) ofrecen una reducción en torno al 50% de exposición a la radiación durante el estudio sin cambios significativos en la calidad de la imagen, incluyendo artefactos y efectos de endurecimiento del haz y están libres de plomo. El protector consiste en una pieza fina (1 mm) de bismuto con revestimiento de caucho sintético que se monta firmemente en una base de espuma. No deben utilizarse en los equipos de TC cuando se usa el exposímetro automático. Actualmente, independientemente del uso del exposímetro automático, es recomendable utilizar técnicas de irradiación con ángulos de giro de 270º para no exponer directamente los ojos, la tiroides o las mamas y reducir así las dosis que reciben estos órganos”.

  • Por fin sólo quedaba responder al tercero. Era de mi amigo Antonio Brosed para pedirme que siguiera ayudando a los compañeros de la SEFM que están redactando el módulo 7 (Protección Radiológica) del grupo de libros sobre Fundamentos de Física Médica. En particular, tenía que corregir los textos relacionados con los blindajes en instalaciones médicas (RX, MN, RT y BT). Esto sí que ha sido una currada… especialmente para Antonio que corrige, coordina, compila comentarios, sugiere cambios… Por supuesto, también hay un gran trabajo por parte de los autores… Al final, corregir y sugerir ocupa tiempo pero es relativamente fácil ya que el texto está escrito… Espero que mis comentarios sirvan para mejorar los textos finales…

Días antes me había leído el artículo de la revista de la SEFM sobre protección radiológica en braquiterapia (informe del grupo de trabajo de braquiterapia de la SEFM) que coordina José Pérez Calatayud. Encontré algunas erratas y se las envíe por si quieren sacar una fe de erratas.
Entre las cosas que más me siguen chocando es que en muchos textos seguimos escribiendo aquello de “personal profesionalmente expuesto”. Esta expresión debe ser cambiada por “trabajador expuesto” ya que en la legislación actual se nombra así y lo de “profesionalmente” pasó a la historia. Incluso llegué a leer “trabajadora profesionalmente embarazada” (en lugar de “trabajadora expuesta embarazada”). Esta frase me dejo K.O.… Pensé que si esto existiera, quizá habría personas que se dedicaran a embarazar a trabajadoras de forma profesional… Bueno, es una broma…

A veces escribimos y se nos van las palabras donde ellas quieren y aunque las leamos mil veces no nos damos cuenta de la errata ya que nuestro cerebro integra la idea básica en nuestra mente y hasta que no lo lee alguien detenidamente no se da uno cuenta… Esas erratas sólo las detecta el que no ha escrito el texto…
Sólo el que escribe puede cometer erratas, sólo el que habla puede decir tonterías… Pero nos comunicamos fundamentalmente escribiendo y hablando… Sólo escribiendo y hablando se pueden difundir las grandes ideas… El que esté libre de pecado que tire la primera piedra…

Lo que si quiero hacer desde aquí es felicitar efusivamente a todos los compañeros que están escribiendo para las revistas o para los libros que serán los de cabecera de nuestros residentes. Un abrazo fuerte para todos…

PD: Se cuenta que en los años 20 cuando Albert Einstein empezaba a ser conocido por su teoría de la relatividad, era con frecuencia solicitado por las universidades para dar conferencias. Dado que no le gustaba conducir y sin embargo el coche le resultaba muy cómodo para sus desplazamientos, contrató los servicios de un chófer.
Después de varios días de viaje, Einstein le comentó al chófer lo aburrido que era repetir lo mismo una y otra vez. «Si quiere», le dijo el chofer, «le puedo sustituir por una noche. He oído su conferencia tantas veces que la puedo recitar palabra por palabra.»
Einstein le tomó la palabra y antes de llegar al siguiente lugar, intercambiaron sus ropas y Einstein se puso al volante. Llegaron a la sala donde se iba a celebran la conferencia y como ninguno de los académicos presentes conocía a Einstein, no se descubrió el engaño.
El chófer expuso la conferencia que había oído a repetir tantas veces a Einstein. Al final, un profesor en la audiencia le hizo una pregunta. El chófer no tenía ni idea de cual podía ser la respuesta, sin embargo tuvo un golpe de inspiración y le contestó:
«La pregunta que me hace es tan sencilla que dejaré que mi chofer, que se encuentra al final de la sala, se la responda».

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