Entrevista a José Pérez Calatayud

Sumario:

A José Pérez Calatayud (Navarres, Valencia, 1957), le conocí en un curso de braquiterapia que organizaba el Hospital de Sant Pau de Barcelona en noviembre de 1998; la lección que dictó incluía parte de los contenidos de su tesis doctoral, que había defendido unos meses antes y que fue uno de los primeros textos de […]

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A José Pérez Calatayud (Navarres, Valencia, 1957), le conocí en un curso de braquiterapia que organizaba el Hospital de Sant Pau de Barcelona en noviembre de 1998; la lección que dictó incluía parte de los contenidos de su tesis doctoral, que había defendido unos meses antes y que fue uno de los primeros textos de braquiterapia con los que estudié. Ya en esa primera vez admiré el modo sereno, riguroso y ordenado de comunicarse que tiene Pepe. Luego, con el paso de los años, he tenido el privilegio de trabajar con él y aprender de él pero, sobre todo, de recibir el regalo de su amistad; por eso es muy gratificante poder hacerle esta entrevista. Completaré esta breve semblanza con algunos datos más formales, de modo que los lectores que no conozcan a Pepe puedan tener una idea más aproximada de la intensísima actividad profesional que realiza.
José Pérez Calatayud es Jefe de la Unidad Radiofísica en Radioterapia del Servicio de Oncología Radioterapica del Hospital Universitario La Fe de Valencia, y miembro de la Seccion de Radiofisica de la Clinica Benidorm. Por fortuna, aunque su actividad clínica es muy intensa, Pepe ha prodigado, en el buen sentido del término, sus dotes como profesor y científico en muchos cursos, reuniones, congresos, publicaciones y grupos de trabajo. Es un referente internacional de nuestra profesión y, entre otras actividades, coordina el Grupo de Braquiterapia de la Sociedad Española de Física Médica, el Grupo HEBD de Braquiterapia AAPM-ESTRO y pertenece al subcomité de braquiterapia de la AAPM, al BRAPHYQS-ESTRO, a los grupos de trabajo TG-143 y TG-253 de la AAPM, al Physics Comitte ABS y al Brachytherapy Clinical Applications Working Group (BCA-WG) de la AAPM.
PREGUNTAS
1. ¿Por qué decidiste estudiar físicas? ¿Cómo llegaste a la física médica?
La verdad es que fue una casualidad, estudié bachillerato en la Universidad Laboral de Málaga y al terminar el tutor me dijo que lo apropiado para mí era Física y ahí que fui. Me presenté a las oposiciones para profesor de Física y Química de Formación Profesional y no pasé y, justo ese día, un amigo (Facundo Ballester) me presentó a un amigo suyo (Diego Burgos) que me llamó para su hospital. A ellos les debo haber encontrado la mejor profesión que podría haber tenido.
2. Diriges una unidad de radiofísica que atiende a muchos pacientes y practica muchas técnicas distintas y, además, tiene una producción científica relevante, ¿cómo lo haces? ¿Cuáles son las principales dificultades con las que te encuentras?
He tenido muchísima suerte, por un lado los excelentes profesionales y amigos con los que trabajo en el hospital, y lo más importante ha sido la colaboración con Facundo Ballester en la Universidad, que hace que muchas ideas se hagan realidad cuando de otra forma hubiesen quedado en ilusiones apagadas por la gran carga asistencial. En estos momentos la principal dificultad es la financiación para poder estar en los foros adecuados que permiten mantener el nivel, fomentar iniciativas y recoger las novedades para la clínica.
3. Desarrollas una intensa labor en muchas áreas dentro de la radioterapia, sin embargo, se te conoce sobre todo por tu trabajo en braquiterapia. ¿Por qué la braquiterapia?
El origen de esto fue que cuando entré a trabajar por primera vez la parte de braquiterapia era muy potente, junto con unas posibilidades de planificación muy limitadas. Esto hizo que fuésemos pensando en alternativas de cálculo como un sistema de planificación muy sencillo pero muy útil en su día. Ahí me fui metiendo y con la ayuda de Facundo y los compañer@s del Hospital Clínico de Zaragoza (Santiago y Ester Millán) lo concrete en una tesis doctoral.
4. ¿Cómo ves el papel actual de la braquiterapia en el contexto de la radioterapia y de la oncología en general?
Creo que es una herramienta terapéutica esencial, tanto como complemento de la radioterapia externa como en su uso exclusivo, y ahí están los resultados clínicos bien validados en la actualidad. En la incorporación a las unidades de radioterapia creo que debe enfocarse como una necesidad para completar las posibilidades de tratamiento. La experiencia nos dice que muchas veces las decisiones terapéuticas vienen condicionadas por los medios; la braquiterapia pasó por una etapa difícil en la que su incorporación iba justificada siempre por la explotación, afortunadamente hoy en día ya no es así y la mayoría de centros ya disponen de braquiterapia de alta tasa (HDR) y semillas, que para determinados tratamientos son las opciones más adecuadas.
5. Has coordinado y participado en grupos de trabajo internacionales y nacionales sobre asuntos de relevancia clínica, ¿cuál ha sido tu experiencia? ¿Estás satisfecho con esa labor?
La experiencia ha sido extraordinaria, por lo que he aprendido tanto en ciencia como en funcionamiento y organización, y, sobre todo, por haber conocido a tantos amigos de una profesionalidad y nivel científico extraordinarios con un perfil muy práctico y claro de aplicación a la clínica y al beneficio del paciente. Ha sido una grandísima suerte con la que he disfrutado y disfruto notablemente, y hace que uno viva la profesión además del trabajo asistencial como afición en su aspecto científico que engancha y satisface.
6. Has sido incluido en la lista de los cincuenta físicos médicos más influyentes de los últimos años, ¿qué te hace sentir esto?
Ha sido un grandísimo honor ese reconocimiento, que lo debo a todos los amigos que tengo y que son mi principal tesoro. Sinceramente creo que hay muchos otros compañeros y colegas que lo merecen mucho más que yo. Yo he tenido la suerte de tener una colaboración durante muchos años con el grupo de la Universidad y del Hospital así como con muchos amigos de la American Association of Physicists in Medicine (AAPM) y la European Society for Radiotherapy and Oncology (ESTRO) que han hecho que en muy pocos años hayan salido muchas publicaciones, sobre todo de Monte Carlo en braquiterapia, y el reconocimiento es para todos ellos.
7. Tu actividad en el hospital es intensa, a decir de los testigos, frenética; participas en grupos de trabajo y coordinas otros; asistes a reuniones científicas, cursos, congresos… ¿Cómo concilias toda esta actividad profesional con tu vida familiar?
La verdad es que dedico mucho tiempo fuera del trabajo. Esto empezó los primeros años por necesidad, necesidad de aprender para el cada día, leyendo revistas con el diccionario en la mano, y ahora se ha convertido en un placer los sábados y domingos estar unos ratos dedicados a esto. Mi familia lo ha entendido siempre y me ha ayudado mucho con su comprensión.
8. ¿Qué es lo que más te hace disfrutar en el ejercicio de tu profesión?
En nuestra generación hemos vivido desde pintar isodosis con colores Alpino sobre planos dibujados por el médico, trasladando con la “cobra” las estructuras anatómicas internas desde un atlas, a lo que tenemos en la actualidad. Esto hace que vivamos lo actual (sistemas de cálculo, VMAT, IGRT, BT, controles calidad,…) con un disfrute especial. Creo también que nuestra profesión es afortunada, pues es la ciencia compartida en grupo de diferentes profesionales dirigida al bienestar de las personas, en un ámbito muy cercano, que se vive cada día y no hay placer mayor que el ver la recompensa, más aún en la dureza de nuestro entorno.
9. Desde tu relación con físicos médicos de todo el mundo y tu experiencia al trabajar con ellos ¿cómo ves la profesión en España?
Con los que más hemos aprendido y aprendemos es con los compañeros de la AAPM, por su organización, su sentido práctico, su claridad, su producción directa y su enfoque asistencial. Creo que el nivel aquí en España es altísimo, quizás se necesitaría un poco más de promoción e incentivación científica para nuestro colectivo pero, sin duda, la calidad en el cada día, la competencia, la potencia científica y la actitud creo que son extraordinarias en todo el tesoro de colectivo que gracias a la residencia se ha incorporado en nuestros hospitales.
El punto triste diría que se encuentra en que el número de accesos es necesariamente limitado, y que algunos aspirantes con mucha vocación ven muchas dificultades en la incorporación a esta especialidad.
10. ¿Qué dirías a los jóvenes que quieren dedicarse a la física médica?
El trabajo en radioterapia es muy especial. Por un lado está el temor de la gran trascendencia de nuestra actividad por la repercusión en pacientes, temor que solo puede calmarse con la preparación, la disponibilidad a consultar donde convenga, la colaboración con los oncólogos radioterápicos y el seguimiento estricto de los procedimientos sin obviar ningún paso. Por el otro lado está la gran satisfacción y felicidad de los resultados y de sentirse partícipe de los mismos.
Creo sinceramente que es una profesión para disfrutar; disfrutar de la relación con los compañeros radiofísicos y oncólogos con el objetivo común, disfrutar de cómo la ciencia tiene una aplicabilidad tan inmediata y evidente, disfrutar de cómo las habilidades y cuidados individuales se reflejan en el resultado en los pacientes, disfrutar con todas las posibilidades científicas abiertas en este campo, disfrutar de todos los amigos y compañeros de todo el colectivo de radiofísicos, colectivo ejemplar, siempre con la colaboración y ayuda dispuesta, labrando una amistad y relación exquisita.

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