La residencia en RFH

Una vez incorporado al servicio de Radiofísica escogido, el residente pasará un periodo de formación de tres años, al cabo de los cuales tiene que haber adquirido, por haberlas practicado, todas las habilidades básicas inherentes a la especialidad. La formación por este procedimiento se entiende que es eminentemente práctica: el residente ha de trabajar en el servicio, integrarse en la rutina diaria, y compaginarla con el estudio, siempre supervisado por los Radiofísicos titulares, que son los que asumen la responsabilidad.

La buena marcha de la formación corre a cargo de un tutor que realiza una evaluación anual. Esta evaluación llega al Ministerio de Sanidad y Consumo a través de la Comisión de Docencia de cada Hospital. La superación positiva de todas las evaluaciones supone alcanzar el título de especialista en Radiofísica Hospitalaria.

El tiempo de residencia se reparte en rotaciones por las distintas áreas de actividad del Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica. El orden y duración de las rotaciones depende de cada unidad docente, pasando por las áreas de Radioterapia, Medicina Nuclear, Radiodiagnóstico y Protección Radiológica.

Algunas unidades docentes tienen previstas rotaciones externas en las que el residente realiza una breve estancia en un hospital que realice una técnica específica. Las rotaciones externas deben ser aprobadas por la Comisión de Docencia del hospital.

El programa de formación elaborado por la Comisión Nacional de la Especialidad se puede consultar en el siguiente enlace:

https://usercontent.one/wp/sefm.es/wp-content/uploads/2017/06/Radiofisica_Hospitalaria.pdf?media=1655377575